Carta de una esposa y madre a la ciudadanía y a las autoridades.
EN HONOR A LA VERDAD ELEVO MI TESTIMONIO, NO ME RINDO NI ME RENDIRÉ JAMÁS ANTE LA INJUSTICIA!!
Levanto la voz porque el silencio duele, más que el miedo.
Mi marido LEO VERAS fue un PERIODISTA VALIENTE. Él fue asesinado el 12 de febrero de 2020 en Pedro Juan Caballero. Esa noche, alrededor de las 21:00 horas, mientras cenábamos en casa con nuestro hijo, un grupo de sicarios fuertemente armado entró violentamente a nuestra vivienda sin decir una sola palabra, lo arrastraron frente a nosotros y le dispararon a quemarropa 12 tiros. Fue un crimen brutal ejecutado con total frialdad por los soldados de la mafia. Todo ocurrió muy rápido, yo estaba ahí con mi hijo, fuimos testigos presenciales del horror, esa escena fue tan traumática e incomprensible, que nos marcó y marcara para siempre nuestras vidas.
Lo mataron por hacer su trabajo, por informar, investigar y denunciar lo que muchos preferían callar y ocultar. Su compromiso con la verdad le costó la vida, siendo aún muy joven y a nosotros su familia nos condenó a una lucha dolorosa, solitaria y llena de injusticias.
A partir de ese momento no hubo protección, tampoco justicia, solo una investigación endeble sin resultados concretos. Las autoridades fallaron con nosotros al no prevenir el crimen y luego fallaron en esclarecerlo.
Desde el asesinato de mi esposo en 2020-un crimen vinculado al crimen organizado- mi vida cambió para siempre. Perdí a mi esposo y padre de mi hijo, y desde entonces he sido víctima de intimidaciones, manipulaciones y presiones. No solo enfrentamos el dolor de su perdida, sino también la indiferencia de un GOBIERNO que eligió mirar al otro lado, no hubo justicia hasta hoy. Durante todo este tiempo he enfrentado una situación que amenaza no solo mi estabilidad emocional y física, sino también mi derecho a vivir con dignidad y seguridad. No busco compasión, lo que necesito y merezco es justicia, atención y verdad.
Mi historia no es única, pero sí urgente. Como tantas otras voces que han sido calladas o ignoradas, me niego a convertirme en una más en el olvido. Hoy hablo públicamente para que la gente conozca mucho de lo que nos pasa como familia.
Estoy molesta e indignada de que utilicen mi nombre, de las difamaciones. Desde el momento en que asesinaron a Leo, el Gobierno me abandonó: como viuda, como madre y como ciudadana. Mi declaración como testigo en la causa del asesinato de LEO fue tomada más de un año después de su muerte y después de mucho insistir en la fiscalía.
Intentaron involucrarme en situaciones peligrosas. Luego de la muerte de Leo, el actual diputado Santiago Benitez, también dueño de radio imperio, me pidió mediar para la entrega a la Fiscalia de un pendrive con supuesta evidencia para favorecer al principal sospechoso de la muerte de LEO, que es alguien vinculado al crimen organizado.
El diputado Santiago Benítez intentó mucho convencerme de entregar un pendrive a la Fiscalía, a cambio de una recompensa que se iba a depositar en la cuenta de él. Si yo aceptaba esa propuesta él me iba a depositar una buena cantidad de dinero para mí.
El diputado Santiago Benitez también me cito en un hotel céntrico de PJC. Yo creí que la reunión iba ser en la cafetería, pero él me estaba esperando en una habitación. Cuál era su intención real, no sé. Me fui al hotel y en esa ocasión me confesó haber hablado con Leo la noche antes del crimen. Según me dijo, el día que mataron a LEO él le llamó para preguntarle sobre una información que supuestamente recibió, que se le iba a matar a un periodista y que Leo le respondió que no sabía nada. TREINTA MINUTOS DESPUÉS que Santiago Benítez ubicara a LEO lo mataron en mi casa.
Intentaron hacerme quedar como alguien que pidió dinero a cambio de silencio. En ese contexto recibí la visita de una abogada, enviada por el principal sospechoso de la muerte de LEO, y ella me preguntó si era cierto que solicité 10 mil dólares. En seguida supuse que alguien estaba pidiendo plata a mi nombre.
Pase situaciones denigrantes, estando desamparada y temerosa. Yo misma tenía que pagar el combustible de los policías que supuestamente me estaban protegiendo. Esa situación fue empeorando y hasta un agente policial me falto al respeto, todo eso y mucho más tuve que callar… y tuve que enfrentar sola.
No he aceptado ni aceptaré nada. Estoy dispuesta a seguir colaborando con la justicia, buscando que este crimen no quede impune, pero no en un contexto manipulado ni a cambio de favores. Por eso escribo esta carta: para decir basta. Para exigir que se respete la verdad.
Mi caso ha sido utilizado como herramienta de presión y oportunismo, ignorando que detrás hay una mujer luchando por sobrevivir y una madre sacrificándose para proteger a su familia en condiciones sumamente difíciles, tanto económica como emocionalmente. Nos siguen haciendo sufrir por la indiferencia de las autoridades. Nuestra familia sigue siendo revictimizada y no encontramos respaldo ni contención en quienes deberían velar por nuestra seguridad….
Hoy le pregunto a la ex fiscal general Sandra Quiñones, que paso del teléfono y de la notebook de LEO? Por qué eso nunca se peritó? Esa era su herramienta de trabajo y contenía información sensible e importante que podía aclarar el hecho. Si a la fiscalía no le sirven esos elementos que me devuelvan.
La impunidad nos lastima día a día y el silencio también la alimenta. Tengo temor que, si algo me sucede, todo esto quede en el olvido. No pido favores. Exijo justicia. Exijo protección. Exijo respeto. Vengo a contar lo que vivi. Vengo a decir mi verdad. Y vengo a exigir que la muerte de Leo no quede impune. A las autoridades les digo que no esperen a que sea demasiado tarde, si algo me pasa les responsabilizo directamente, y también al diputado Santiago Benitez.