La tradicional devoción a San Expedito, visible en los pasacalles de agradecimiento que adornan calles y avenidas del país, encuentra ahora una nueva expresión en el espacio público: la digital.
La iniciativa “OOH San Expedito”, impulsada por Oniria/TBWA, Amplify Smart OOH y G Digital, permite que los mensajes de gratitud al santo se proyecten en tiempo real en pantallas ubicadas en distintos puntos estratégicos del país.
A través de la plataforma www.cartelesdefe.com.py, cualquier persona puede enviar su mensaje y verlo exhibido públicamente. Los impulsores del proyecto destacan que la propuesta busca combinar tecnología, creatividad y fe, acercando una costumbre profundamente arraigada en Paraguay a un formato contemporáneo.
En un país donde “la fe forma parte de la vida cotidiana” y más del 85% de la población se identifica como católica, la devoción a San Expedito continúa creciendo. Desde Amplify Smart OOH explicaron que donaron 14 pantallas digitales para poner la vía pública “al servicio de la gente y de su fe”, subrayando que no se trata de una acción comercial, sino de una manifestación cultural compartida.
“OOH San Expedito no reemplaza la tradición, sino que la acompaña y la amplifica”, señalaron los organizadores.
El gerente general de Amplify Smart OOH, Sebastián Ruiz Díaz, destacó que la iniciativa busca reforzar el vínculo entre ciudadanía, espiritualidad y espacio urbano.
“Nuestro rol como medio es conectar con la gente. Y pocas cosas conectan tanto como la fe y la esperanza compartida. Esta campaña demuestra que la tecnología y la vía pública pueden unirse para dar visibilidad a algo que el Paraguay ya vive: la gratitud”, expresó.
La historia de San Expedito
San Expedito fue comandante de una legión romana que se convirtió al cristianismo y murió mártir en Melitene, Armenia, junto a varios compañeros. Según la tradición, durante su conversión fue tentado por el demonio en forma de cuervo, que lo instaba a postergar su decisión con el canto “cras, cras, cras” (“mañana, mañana, mañana”). Él respondió con firmeza: “¡Hodie, hodie, hodie!” (“hoy, hoy, hoy”), aplastó al cuervo y proclamó: “No dejaré nada para mañana, a partir de hoy seré cristiano”.
Por esa razón, su nombre quedó asociado a la prontitud y se lo reconoce como “gran y pronto intercesor”, invocado especialmente en causas urgentes y considerado protector de jóvenes, estudiantes, enfermos, trabajadores y familias.