La propuesta del senador José Oviedo de reducir la jornada laboral en el sector privado de 48 a 40 horas semanales ha desatado un intenso debate en nuestro país. Eugenio Caje, presidente de la Asociación de Importadores y Comerciantes del Paraguay (Asimcopar), expresó su preocupación sobre las posibles consecuencias económicas de esta iniciativa legislativa, argumentando que no es el momento adecuado para implementarla y que podría generar efectos negativos en el empleo formal y los costos operativos.
La propuesta, que busca alinearse con una tendencia internacional adoptada por más de 60 países, plantea una reducción gradual de las horas laborales en un plazo de cuatro años, manteniendo el salario de los trabajadores. Según un artículo publicado por MarketData el 20 de mayo de 2025, el objetivo del proyecto es mejorar la calidad de vida y aumentar la productividad laboral. Sin embargo, desde el sector empresarial, las opiniones son menos optimistas.
“No va a crear empleos genuinos y va a desalentar el empleo formal. Aumenta el costo operativo y el precio de los productos y servicios van a subir, no impulsa a la inversión”, afirmó Caje. Además, señaló que las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes), especialmente en sectores como calzados y confecciones, serían las más afectadas debido al encarecimiento de los costos operativos.
El presidente de Asimcopar también subrayó la necesidad de una implementación más estratégica y sectorizada. “Si llegase a hacerse, debería hacerse por sectores y de manera gradual”, propuso, argumentando que las empresas, como las multitiendas, enfrentan horarios específicos que requieren mantener turnos de trabajo prolongados. Una reducción a 6 horas por turno implicaría contratar más personal, lo que podría comprometer la rentabilidad y la sostenibilidad de las empresas.
Caje también hizo hincapié en la falta de condiciones estructurales en Paraguay para adoptar una medida de este tipo. Comparó la situación del país con la de naciones que han implementado jornadas laborales más cortas, señalando que estas suelen tener un nivel de digitalización del 80% y una formalidad laboral del 85%. En contraste, Paraguay tiene una formalidad laboral de apenas el 35%. “Debemos madurar como país. Si queremos dar este paso sin dejar golpeados por el camino, debemos digitalizar el país, mejorar la educación técnica y generar una mejor capacitación de las personas”, enfatizó.
Así pues, desde Asimcopar, se ha pedido al Congreso que priorice leyes que promuevan la inversión y la generación de empleo, en lugar de imponer nuevas obligaciones al sector privado.