El precandidato liberal Eduardo Molinas, que ya sufrió una dura derrota en las últimas municipales, recurre nuevamente a una vieja práctica: ofrecer cargos y concejalías a cambio de dividir alianzas.
Fuentes cercanas aseguran que Molinas habría prometido al Partido Patria Querida un escaño en su lista de concejales si rompe el pacto con el Tercer Espacio, la alianza que reúne a más de 12 partidos y movimientos ciudadanos que buscan una alternativa real al bipartidismo que mantiene estancado al municipio.
El mismo esquema se aplicaría con el movimiento Yo Creo, cuyos referentes habrían recibido propuestas de direcciones municipales y cargos internos. Incluso, Molinas planea reunirse en Ciudad del Este con Miguel Prieto para intentar “sellar” un acuerdo político, en lo que muchos interpretan como un intento desesperado por volver a tener protagonismo.
Estas prácticas —el reparto de cargos, los pactos a puertas cerradas y las negociaciones personales— son justamente las que mantienen a Lambaré en crisis institucional desde hace décadas.
Mientras el Tercer Espacio crece con participación y propuestas concretas, el PLRA vuelve a apostar por la rosca política antes que por la renovación democrática.
De cara a las elecciones municipales del 2026, los lambareños tendrán que elegir entre seguir repitiendo el mismo modelo de favores o apostar por un cambio real que priorice la gestión y la transparencia.